Un Último Adiós
- Edgar M. Septien
- 23 mar
- 1 Min. de lectura
Despedirse de una persona de la que es muy probable que volverás a encontrate con ella el día siguiente es una situación del día a día. Hay pocos sentimientos de por medio, ya que inconscientemente se sabe que habrá un nuevo encuentro próximamente. Obviamente sabemos, muy dentro de nuestro ser, que habrá un momento donde dejaremos de vernos. Al ser esta una fecha inestable, en ocasiones decidimos ignorarlo.
Sin embargo, el acercarse y decir adiós a una persona de la que estás 99% seguro que no volverás a coincidir con ella, es difícil de describir. Y no por una separación personal o profesional, sino que aquella persona cumplió su ciclo de vida y es momento de partir. El hecho de estar consciente de que ese apretón de manos y esa plática sea probablemente la última, es un trago difícil de digerir.
No sé si necesitemos cursos de cómo lidiar con estos encuentros, pero estoy seguro de que un adiós consciente te llena el alma de tranquilidad por el hecho de haber dado un último adiós.
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